
Chapelco: interrogantes y contradicciones
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La reciente licitación que adjudicó la concesión del complejo a la empresa Don Otto SA, ha dejado varios interrogantes sobre el criterio usado y cómo se justifica esta decisión. Por un lado, no está claro qué prioriza el gobierno: ¿se está priorizando el ingreso que genera a las arcas del estado este nuevo contrato? O se está priorizando al ciudadano de la ciudad de San Martín de los Andes sobre el cual repercute la actividad económica del cerro? O está beneficiando al usuario común de estos servicios, ya sea de la ciudad o de la provincia de Neuquén? Y es justamente sobre este último punto, donde surge la gran pregunta: ¿Cómo se verá afectado el usuario o el poblador de San Martín de los Andes cuando el nuevo concesionario ya tiene adjudicada la concesión de Centro La Hoya en la ciudad de Esquel y Cerro Catedral en la Ciudad de Bariloche? Lo que esta pregunta pretende poner sobre la mesa es que con Chapelco, el gobierno de la provincia de Neuquén le entregó el monopolio de los centros de esquí en la Patagonia a dicha empresa. Esto como cualquier monopolio, ya se sabe, atenta contra el usuario de este servicio, ya que seguramente esto se vea traducido en mayores precios, porque sencillamente ya no hay competencia entre centros de esquí. Esto último puede ser la génesis de una relación conflictiva con las poblaciones de cada centro de esquí, porque a partir de ahora lo que decida la concesionaria puede condicionar la cantidad y calidad del turismo que convoque para la temporada. Costos de pases altos o muy altos pueden convocar pasajeros de alto poder adquisitivo, generando pocos clientes para agentes turísticos que siempre atendieron nichos de menor poder adquisitivo, o viceversa. En el medio hay un abanico de posibilidades, que sin duda impactará en las comunidades locales, como consecuencia de la falta de competencia.
Las críticas a la gestión de Cerro Catedral y La Hoya van desde la falta de inversiones, fallas en la comunicación/ campañas de marketing, alto costo de pases, falta de tarifas preferenciales para residentes, hasta la falta de acciones para acercar la comunidad con el cerro (como por ejemplo, dar acceso a escuelas para que puedan conocer la actividad). La experiencia en Chubut no es buena, porque la histórica tarifa preferencial que beneficiaba a los chubutenses ya no es tan conveniente como antes, más aún, cuando ese diferencial entre la tarifa normal y la del residente lo terminó pagando el estado provincial. En Catedral también hay cambios que no son favorables a los usuarios rionegrinos. Hay que decir que toda esta información está al alcance del público, y parece que el gobierno de Neuquén no la tuvo en cuenta.
Otro punto destacable es la poca información que hay al respecto de la operación. De las condiciones de la propuesta hecha por la empresa concesionaria, sólo se pudo conocer que la misma comprometió inversiones por unos usd 50 millones aproximadamente, pero no se sabe en qué lo va a invertir en realidad. También se conoció lo que iban a cobrar las comunidades mapuches con las que comparten el cerro y algunas inversiones concretas para beneficio de éstas, pero sin más detalles. Tampoco hay información concreta sobre beneficios para residentes, la política de precios respecto a otros cerros (clave cuando se le está facilitando el monopolio), perfil del turista al que se apunta, como va a ser la relación con actores de la actividad turística sanmartinense y la comunidad en general, entre otras cosas. Todo en el marco de un proceso que fue demasiado rápido... a lo que el gobierno podría argumentar que fue por la "inminencia de la temporada" y que "se priorizó no entorpecer la actividad económica de la ciudad"; o tal vez, como se dice por lo bajo: "porque la licitación siempre tuvo un ganador". Lo cierto es que, el hecho de que la empresa tenga hasta noviembre para proponer las próximas inversiones, desnuda cierta informalidad, ya que ello debería estar detallado en los pliegos que resultaron ganadores en la licitación.
Uno de los puntos más llamativos de esta adjudicación es que la concesión la haya ganado una empresa foránea (con domicilio en otra jurisdicción y donde sus dueños viven en otro lugar). Es lamentable que no se haya priorizado al empresario local, que seguramente tiene mayor compromiso con su comunidad e interés en que la zona prospere. Todo lo mencionado antes, cobra más relevancia si tenemos en cuenta que el gobierno concedente tiene como una de sus principales banderas la defensa de la neuquinidad. Sin duda una gran contradicción.
En el tiempo por venir se develará si con esta nueva concesión, se beneficiará al usuario o por el contrario, se lo perjudicará. Sobre todo al neuquino, que en definitiva, es en beneficio de quien debe pensar el gobierno de Neuquén.






